Historias no contadas; esos momentos donde la tristeza invade a un hombre y no se encuentra salida alguna. Mirar hacia los lados se ha vuelto ineficaz, quizás muchos no tengan forma de ayudar.
En un último grito de desesperación, en el momento en el que ya no podía más: Me rindo -exclamó- ya no puedo solo; haz conmigo lo que quieras. Mucho tiempo corrí en la dirección opuesta. Aquí estoy, sostenme con tu mano. Abrázame y llévame al lugar donde empecé.
Decide volver a empezar, cual hijo pródigo que regresa a casa. Vuelve a poner su fe en quien siempre le cuidó. Y ahora exclama, aún en medio del dolor, "Su fidelidad me sostendrá".
A veces es difícil entender las situaciones y tomar decisiones en cuanto a ellas. Las preguntas no dejan de girar en nuestras mentes mientras nosotros intentamos buscar respuestas.
Solo hay que entender que el dolor llega en muchas ocasiones para probar la fe o para hacernos volver al lugar del que nos alejamos. Hoy puedo decir que su fidelidad me sostendrá, a pesar de las tormentas. Él siempre será fiel, aunque yo sea débil. Él siempre estará a mi lado aunque yo no lo vea. Y aunque mis padres me hubiesen abandonado, Él con todo su amor vendría a rescatarme.
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