Año 2010, transcurría la final de la copa mundial de Fútbol en Sudáfrica, me recuerdo sentado en la cama de mi vieja habitación en la casa de mi abuela, pegado al televisor con los pies helados y el corazón super acelerado. Holanda y España se disputaban la gloria, solo uno podría salir vencedor. Los dos equipos se mostraban sólidos, ninguno bajaba los brazos. Partido de ida y vuelta, no hubo lugar para el medio campo, ambos equipos generaban ocasiones de gol. Yo quería que ganara España. Pase filtrado, Holanda crea una oportunidad clarísima, Robben 1 a 1 frente al portero, Casillas, apenas con el pie, logra sacarla y se salva España. Casi me da un infarto.
Final del tiempo reglamentario, se mantiene el 0 en ambos arcos. Mis pies continúan como panelas de hielo y mi corazón no latía, redoblaba. La primera mitad de la prórroga continúa con la misma intensidad que los primeros 90 minutos, pero acaba con el mismo resultado, ningún equipo había logrado batir al portero; continúa la segunda parte de la prórroga y en los últimos 5 minutos comienza una jugada de España, fue como un ciclón hacia adelante, arrastrando marcas de rivales y haciendo magia, dándolo todo hasta el final, en el borde del área Cesc Fábregas se consigue con un balón rechazado, Andrés Iniesta se coloca en buena posición, Cesc envía el pase hacia él, sólo queda batir al portero, Iniesta remata cruzado y... ¡GOOOOOOL! lo grité, salté en la cama, pero allí no terminó todo. Faltaban 5 minutos más, ahora el plan era defenderlo. Acabado todo, España se hace acreedora de su primera copa mundial de la FIFA. La primera estrella para el escudo de su federación. ¡Qué recuerdo! ¡Qué final!
Hace unos días me hicieron una pregunta: "¿Qué fue lo mejor que te pasó este año?" Quise responder, lo pensé y traje a mi mente recuerdos de cosas geniales que me pasaron este año, sitios donde toqué que fueron espectaculares, personas increíbles que conocí, pero en ese justo momento pensé en algo que me hizo callar y no dar una conclusión.
Verán, creo que ese mismo día o un día antes, estuve jugando triviador mundo (un juego de preguntas interesantes en Facebook), en el juego uno trata de conquistar la mayor cantidad de territorio en un mapamundi. Yo tenía el peor puntaje y la peor extensión de tierra. De 3 competidores yo era el tercero. Estuve intentando mejorar y no podía, no pegaba ni por suerte una respuesta. Estuve a punto de abandonar la partida y dejar el juego. Inicia la última ronda y el último turno de ataque era el mío, después de mí, la partida se acabaría y yo perdería. Un turno antes de mí, otro competidor fue eliminado completamente y solo quedó un imperio enorme contra mí. Yo solo tenía un turno, así que decidí arriesgarlo todo, no tenía nada que perder, y apunté hasta el castillo de aquel gran imperio, debía responder correctamente y contra el tiempo 3 preguntas, y tal cual como en una película, respondí una, respondí dos, y en la tercera, cuando creí que no respondería bien... ¡BOOM! acerté, y gané la partida, y mi imperio se extendió por todo aquel mapamundi. Obtuve el mayor puntaje y mis oponentes quedaron en 0.
Eso lo recordé mientras trataba de responder aquella pregunta acerca de lo mejor que me pasó este año y pensé: "Espera, mi año aún no termina. Me quedan unos días más, algo más puede pasar". Y mi respuesta entonces fue: "Te responderé el 31 de diciembre a las 11:59:59", porque nada está terminado hasta que se termina, pero depende en gran medida de lo que yo haga.
Imaginen que en aquella final del mundial del 2010, Iniesta hubiera dicho: "Ah, ya quedan 5 minutos, guardaré mi fuerza para ir a los penales". ¿Qué hubiese pasado si él hubiese bajado sus brazos? Total, ya había llegado a la final... "Bueno, lo importante es participar"... Espera, eso no fue lo que pasó, aún quizás en su último intento, cuando ya todo estaba a punto de terminar, él lo dio todo, arriesgó todo, hizo su apuesta final: Todo o nada. No se conformó.
Hoy la historia nos recuerda aquella final como una gran final, España lo recuerda como su única copa, Iniesta se hizo leyenda viva. España lo celebra como su héroe. Tal vez, en algún otro año, alguien vuelva a darle esa alegría a España, tal vez de una manera más bonita, pero Andresito siempre será el primero en lograrlo.
Ahora que quedan pocos días para que termine el año, ¿por qué muchos lo han dado por acabado? Yo insisto, creo que algo más puede suceder, de hecho me esfuerzo para que suceda. La biblia nos recuerda la historia de alguien que con una edad avanzada y quizás contra todo pronóstico, no se conformó, él soñó con algo más y lo reclamó:
Por eso te pido que me des la región montañosa que Dios me prometió aquel día. Tú bien sabes que los descendientes del gigante Anac viven en ciudades grandes y bien protegidas. Pero con la ayuda de Dios los podré desalojar, y así conquistaré esas ciudades, tal como Dios lo prometió. (Josué 14:12)
Ese era Caleb, que ya contaba con bastantes años encima y con una larga trayectoria. Él fue quien, años atrás, fue con Josué y otros más a espiar la tierra prometida. La historia nos cuenta que solo ellos dos no se asustaron. Y ésto me habla de alguien que ya tenía renombre por su valentía, nadie podría haber dicho que no hizo nada bueno. Pero aún así, Caleb no se conforma y dice: "Dame lo que Dios me prometió, porque aunque allí vive gente difícil, con la ayuda de Dios yo los saco de allí". Y en su prórroga, cinco minutos antes del final, Caleb, como Iniesta, anota el gol de su vida.
¿Sabes? quizás no se trata de el año solamente, sino de la vida. ¿Ya la diste por acabada? ¿Crees que ya lograste todo lo que debías? Creo que aún te quedan algunas oportunidades más para hacer cosas mejores. Arriesgate, ¿tienes algo que perder? entonces que sea el miedo, ¿tienes algo que ofrecer? que sea tu esfuerzo. ¿Tienes algo que ganar? que sea lo que Dios te prometió. Porque aunque no se haya cumplido hasta ahora; si Él lo prometió, eso se va a cumplir. Sino, preguntale a Caleb.
Leonel Zapata
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