lunes, 12 de diciembre de 2016

Verdades Incómodas

En estos tiempos donde el mundo se ha convertido en una máquina de tentaciones es inevitable que nuestros jóvenes se sientan atraídos por las cosas que se les ofrece, incluso en nuestras iglesias muchos jóvenes a diario son tentados de una u otra manera, desde la que nos parece más tonta (como copiarse en un examen) hasta la que los religiosos mandarían a excomulgar y auto flagelarse (tentaciones sexuales). Ajá, ¿y qué pasa con que un joven tenga tentaciones sexuales? Es normal, lo malo, muuuy malo, es que el joven caiga en esas tentaciones sexuales.

Parece ser que muchos líderes juveniles se han encerrado tanto en sus cuatro paredes de la iglesia, que sus ministerios en lugar de ser un sitio agradable donde poder pasarla bien aprendiendo de Dios, se han convertido en cuarteles de soldaditos de plomo donde el primero que rompa la formación debe ser dado de baja por no pertenecer al batallón de los super santos.

Sí, ya sé que dirán que me volví loco y que estoy en contra de lo que enseña la palabra de Dios. ¡Cuidado! No estoy de acuerdo con que un joven cristiano siga practicando el pecado, pero respóndanme algo: Si alguno se cae, ¿lo hundimos más hasta que se vaya de la iglesia? Pienso que es mejor levantarle con amor, hasta que sea restaurado completamente.

Para Dios no hay pecados pequeños ni pecados grandes, solo son pecados. Si Juanito debe irse de la iglesia porque le acusamos de que cometió pecado sexual, entonces deberíamos correr a Luisa de la iglesia porque le mintió a su mamá, a Luisito porque se enojó y ofendió a su hermano y al final, corrernos nosotros mismos porque estamos haciendo acepción de personas, cosa que Dios no hace.

Por otra parte, si de verdad queremos que nuestro ministerio juvenil sea efectivo, líderes, en el amor de Dios, seamos amigos de nuestros jóvenes. Está muy bien que les enseñemos a leer la biblia, está excelente que tengamos estudios bíblicos todas las semanas, pero recuerden que los jóvenes no son máquinas de leer biblia, son humanos y el humano tiene necesidades físicas y necesidades emocionales que deben ser atendidas de otra forma. Es allí donde entra la amistad. No hay nada de malo en decir que un día no vamos a estar dentro de la iglesia leyendo la biblia porque nos vamos al cine, no hay nada de malo en ir por helado. Salgamos al parque, a distraernos, a la montaña, relacionemonos como jóvenes cristianos.

Por esto que voy a decir tuve críticas muy fuertes ya, pero debo decirlo. Lo que la iglesia no le ofrece a nuestros jóvenes, se los ofrece el mundo. Y es ahí donde muchos carros chocaron y comenzó el acabose. Relájense, no estoy diciendo que la iglesia debe ser un club, o una disco donde vamos por unos tragos y a bailar y a cuadrar pareja, ¡NO! Pero pendientes con esto; todos hemos escuchado que “Satanás se presenta como ángel de luz” y ¿entonces qué sucede? Cuando la iglesia no te ofrece su confianza, conoces a tu mejor amigo que es inconverso, cuando la iglesia no te escucha, alguien afuera lo hace, cuando la iglesia no te da más consejos que no sean “Lee la Biblia”, entonces viene alguien del mundo y te da el consejo más malo del planeta, pero ese te ofreció su amistad y en ese decidiste creer. ¿Y qué pasó después? ¡SE LLAMABA! Ya no fue más a la iglesia y se fue a practicar las cosas del mundo.

¿Por qué cuesta tanto compartir entre jóvenes cristianos? Esto no es vivir el mundo purificado, esto no es posmodernidad, esto es dejar de ser religiosos y comprender que no somos cristianoides programados para leer biblia y hacer el bien. Somos humanos transformados por la sangre de Cristo a los que NOS GUSTA LEER LA BIBLIA Y HACER EL BIEN. Es diferente, ¿no?

No busquemos programar a nuestros jóvenes. Hacemos que los jóvenes lleguen a la presencia de Dios cuando nuestra amistad con ellos refleja que Dios ha sido nuestro amigo primero y que por ese amor que él nos dio, nosotros los amamos a ellos.

Yo sé que Pablo dijo que no nos conformáramos a este siglo y que nos renováramos por medio de la transformación de nuestro entendimiento, eso es cierto e irrefutable, peeero, hay un pero. ¿Qué pasa cuando nos estamos conformando dentro de la iglesia y no vamos por más? Cuidado con esto, la iglesia no debe cambiar al joven en cuanto a su condición de joven, debe cambiarlo en cuanto a su forma de actuar. No pretendamos que lleguen y usen camisa, corbata, saco y una biblia bajo el brazo; ese no es el joven de hoy. Es lamentable que en estos tiempos estemos tan ocupados en que nuestros jóvenes no se contaminen con las cosas del mundo, que olvidamos enseñarles cómo ganar al mundo para Cristo.

Hagamos que los jóvenes se sientan bien, que disfruten viniendo a la presencia del altísimo, no que lo hagan por obligación o porque si no lo haces te vas al infierno.

Leonel Zapata



1 comentario:

La última jugada

Año 2010, transcurría la final de la copa mundial de Fútbol en Sudáfrica, me recuerdo sentado en la cama de mi vieja habitación en la ca...