Creo que todos
hemos tenido situaciones donde necesitamos decidir algo y no sabemos qué hacer.
Decidir, no siempre es lo más fácil y menos cuando tienes que dejar algo que te
beneficia o te gusta. Cuando toca dejar ese tipo de cosas, siempre hay susto, porque
no sabemos qué sucederá después. ¿Y si no me va bien?
Ahora el punto
es, cuando Dios pide que tomemos decisiones en nuestras vidas que nos dan
miedo. En ocasiones Dios prueba nuestra fe pidiéndonos que hagamos cosas que al
ojo humano son una locura, ¿les ha pasado?
En la biblia
encontramos historias donde Dios pidió que hicieran locuras, tal es el caso de
la viuda de Sarepta (1 Reyes 17:8-16). Ella y su hijo solo tenían para preparar
una sola comida y luego echarse a morir, porque no tenían nada más para comer,
y Elías le pide de comer, y de paso, que le dé a él primero y luego haga para
ellos. Creo que ninguno de nosotros aceptaría la propuesta. Lo lógico es
primero alimentar al niño, luego me alimento yo y bueno, si queda, le preparo
algo a la visita, o ni siquiera, lo que queda lo guardo para el desayuno.
Creo que todos
alguna vez hemos presenciado un espectáculo de circo, aunque sea por TV y hemos
visto a los trapecistas. Se balancean de un lado a otro y hacen sus saltos de
aquí para allá, pero debajo tienen una red por si falla el salto. Si se caen,
algo los sostendrá. Si no hubiese red, yo creo que ninguno saltaría. Hay una
canción de una de mis bandas favoritas que dice: “Decidí saltar sin redes y
esperar que tu mano me sostenga” y esto fue lo que hizo la viuda, se lanzó sin
redes, con la convicción de que Dios había dicho algo y él la sostendría. La promesa para ella era que no habría escasez en su casa hasta el momento en que volviera la lluvia. Ella confió y la promesa de Dios se cumplió.
Si Dios lo
pide, hazlo
Muchas veces el
miedo nos impide avanzar, escuchamos la voz de Dios darnos una palabra y por
miedo a perder lo que tenemos actualmente, dudamos de lo que Dios dijo y no
avanzamos hacia sus promesas. Aunque las situaciones te sean adversas, ve hacia
a adelante. Tal vez no sea lo más cómodo, tal vez se presenten situaciones por
las cuales nunca quisiste pasar, pero Dios está en control y sabe lo que hace,
y dice la biblia que sus planes para nosotros no son de mal, sino para bien
(Jeremías 29:11 TLA).
Les contaré mi
historia: Duré un año y
ocho meses trabajando en un supermercado; era una ventaja grandísima por la
situación del país. Podía conseguir los productos y todo eso, pero en un
momento comencé a sentirme mal en ese sitio, comencé a sentir que ese no era mi
lugar, que debía salir de allí y comencé a orar hasta que Dios respondió y dijo
que saliera de allí. Debo confesar que eso me causó pánico, pero tenía la
confianza de que era Dios quien me lo pedía. El día que iba a llevar la carta
de renuncia a mi trabajo, me desperté de madrugada con mucho miedo, porque me
iba a lanzar a renunciar a mi trabajo seguro y con ciertas comodidades y no
tenía más nada, ninguna otra entrada de dinero. Y en ese momento le dije a Dios
que, si era su voluntad sacarme de allí, que trajera paz a mi corazón y que me
quitara el miedo. Y así fue, Dios respondió en el acto y se llevó la
inseguridad que sentía. Luego de eso, no puedo negarlo, pasé momentos difíciles,
pero hoy puedo decir que su mano me ha sostenido. No es una red como la de los
trapecistas, porque quizás físicamente no la veo, pero sí vi cómo a través de
todo éste proceso, Dios obró a mi favor y a favor de mi familia.
Deja que Dios te dirija:
Muchas veces nos
llevamos golpes innecesarios en nuestra vida por no permitir que Dios dirija
nuestros planes. Dios nos pide algo y hacemos todo lo contrario. Y ¡BOOM! Y
cuando nos damos el golpe, lloramos diciendo “¿por qué a mí?”. Tal es el caso de Jonás. Dios le pidió ir a Nínive y él no quiso. Se fue a otro lado y ya sabemos cómo termina la historia. (Jonas 1).
Sobreponte a los obstáculos:
Tu fe y tu
convicción de lo que Dios quiere hacer contigo debe ser tan grande que no
importe lo que se ponga frente a ti. Obstáculos siempre habrán, tormentas
siempre habrán, pero de tu lado está Dios, no te desesperes, no te rindas, solo
confía. Los discípulos estaban en la barca con Jesús y la tormenta los azotó, y
se desesperaron, pero tenían a Jesús en la barca y Jesús se levantó y solo
ordenó que el mar enmudeciera y así sucedió (Mateo 8:23-27 TLA).
Hoy quiero
decirte que no importa lo que suceda en tu vida, porque si tienes a Dios de tu
lado, Él te cuidará, en algún momento hará callar la tormenta. Insisto, no te
desesperes, porque Él sabe lo que hace. La palabra dice en Romanos 8:28 que a
los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Así que anímate, Dios
permite procesos en nuestras vidas para formarnos, para cambiar cosas de
nosotros que no están bien y para fortalecernos.
Dios no ha
terminado contigo y su propósito en ti se cumplirá a pesar cualquier
circunstancia, aunque no veas el panorama bonito. (Filipenses 1:6 TLA).
Si Dios te lo
pide, lánzate sin redes, que su mano estará allí para sostenerte. No te dejará
caer, Él te cuidará. (Salmo 121:3-4 TLA)